México, 15 dic (Prensa Latina) El buque mexicano Tecolutla, que junto a naves de la Armada francesa halló al Titanic hace 34 años, encontró ahora al cañonero Tampico hundido en la guerra de 1910.
Así lo revela el capitán de fragata Alexander Fonseca en un reportaje que publica hoy el diario Milenio consagrado a reconocer la labor de la Marina Armada de México.
El descubrimiento del viejo e histórico cañonero se produjo en marzo pasado pero ahora se dan los detalles en los cuales se revela que el Tampico fue hundido en la bahía de Topolobampo, Sinaloa, durante una contienda aeronaval de la Revolución de 1910.
Los trabajos para encontrar la tumba de guerra en la bahía de Topolobampo se remontan a 10 años atrás, cuando un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) buscó pistas en la literatura y archivos navales en México y Estados Unidos.
El cañonero participó en uno de los primeros enfrentamientos aeronavales que se conocen en la historia de Occidente, durante la Revolución Mexicana, hecho que aconteció en 1914 en Topolobampo, Sinaloa.
También, el pasado 25 de noviembre, personal de la Marina y del INAH localizaron la llamada «Tumba de guerra», la cual permitirá conocer más de la batalla entre el Tampico y el Guerrero en esa zona, luego de que el primero se unió al bando constitucionalista que en esa región encabezaba el general Álvaro Obregón.
Fonseca detalló que «este barco ha navegado por diversos mares y estuvo en regiones polares cuando estaba al servicio de Estados Unidos, y entre sus hallazgos importantes, en una operación conjunta con la armada francesa, figura el Titanic».
Dijo que nada de eso es casualidad pues el Tecolutla tiene bondades particulares para esas tareas de búsqueda, cuenta con buena tecnología y sistemas de vanguardia que le permiten tener esas capacidades para detectar esos hallazgos.
Dispone de tecnología multihaz, la cual emite sonidos que rebotan en las profundidades marinas en busca de objetos perdidos. También ayuda a conocer con mayor precisión la geografía de los mares.
Esa información fue complementada con testimonios de pescadores del lugar, con lo que se pudieron trazar unas coordenadas aproximadas de donde podría encontrarse el cañonero.
Explicó que el sonar del Tecolutla retumbó en las aguas de Topolobampo y encontró una anomalía que se reflejó en su radar, la cual parecía corresponder con las dimensiones del cañonero. No sabíamos qué era exactamente, pero había esperanza de que fuera el Tampico, y así sucedió.
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